domingo, 30 de enero de 2011


Hay un señor en la esquina. Pregunta por la joven de cabello ondulado.
Unos ojos detrás de una ventana.
"Ay amor que te pusiste serio en medio de tanto baile".
El señor dice que pasaron varios años, que ella tenía un vestido azul y una buena madre. Nadie le hace caso. Un tibio viento agita las cortinas. El señor golpea la puerta pero nadie parece escuchar.
La muchacha se tapa la boca mientras echa mano a unos viejos dichos de los que el sentido común ya se ha apropiado. El señor se acomoda el saco y se marcha. La muchacha abre las persianas para que entre el sol. Otros ojos, en otros sitios, espían al amor.

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