domingo, 16 de enero de 2011
Lágrimas, cada vez que veo a Carlito's Way muriendo en el andén.
Por estos días de escepticismo extremo, nada mejor que esa película (y esta tormenta) para hacerme creer que entiendo al mundo
- Hay un día, dentro de todos los días de una vida, en dónde verás las cosas de un modo distinto. De un solo modo, y ni siquiera te preguntarás por qué-
En el guión, Carlitos promete cambiar y marcharse lejos. Por acá, el mozo pregunta siempre lo mismo y ya no me las ingenio para responder con simpatía.
Unos ojos empiezan a irse junto al sueño de Bahamas, aquí y allá; con el tren, a los pies de un amor. Carlitos se desangra y una mujer lo llora. Todo lo demás es mentira.
Veo que el parque se agita con el viento. Todos se van a algún otro lugar, y estoy triste. Decir: "hasta acá, Julia", estuvo muy bien. Ahora es un día tras otro de tratar de entender esas palabras, por la razòn que fuera.
"La cama es de dos plazas, el barrio es muy tranquilo y la terraza muy grande". Sonrío por inercia. (después de todo yo lo elegí).
Charly corre y el tren lo espera. Ella está intranquila. Vi doce veces esa secuencia y el destino no se tuerce jamás. Corridas, disparos, el amor, y él que siempre cae cerca de las vías, frente a ella que un día quiso dejar de creer en su mirada pero no pudo. "Es la última vez que limpio tu sangre(amor)".
Mientras tanto, por acá, yo camino y armo el guión de mis días. Prefiero no hablar con nadie.
Despertarme fue raro.
Sé que un chico llora en una ciudad de Colombia, entre las montañas, allí dónde caen todos los relámpagos del planeta. No me importa. Por su parte, Almagro desata su propio estruendo. "Tenía que llover así" -los mozos empiezan a molestarme-
Extraño mucho algo: tal vez una pila de nombres, una almohada blanda, un libro salvaje de tapas color bordó. Tal vez ver entrar el sol por unas hendijas, tímido, propio del cuarto de un amante. Tal vez no extraño nada y ya no extrañe a nadie nunca más...quién sabe (?)
Quiero creer
(Extraño siempre cuando llueve, a decir verdad)
Que no haya amigos ni clonazepan por ahora : mejor un vestido nuevo y doblar la esquina sin pensar en nada. La soledad empieza a tener sabor, nuevamente, y los grandes encuentros empiezan a perderse en los ojos de un hombre que vende flores entre el hospital Durand y el parque Centenario...así como en los de Carlitos Way, en un plano corto que miro resignada. "Murió como vivió". Sus códigos siempre me conmueven un poco. Su amor y su pistola son la misma cosa y en los días éstos, estos distintos al resto de todos los días, algo de eso me seduce . Así como las lágrimas y la soledad. Así como la creencia (casi única) de que todo fue un mal sueño y saber que lo que sigue no se escribirá en ningún guión . La vida misma -pienso- y vuelvo a Oscar Wilde, como es debido.
(Diluvio)
El tren se va. Carlitos agoniza. "Ya vienen por tí, amor mío": Farsa.
Yo no tengo un buen día, claramente. Pido que cierren la ventana porque el agua golpea cerca...muy cerca. Golpea.
Un rato de silencio me hace sentir que mañana volveré a creer en todo, incluso en un nuevo final para esta película. Y en los encuentros a la vuelta de Lambaré, en alguna flor rota y en lo salvaje de alguna lectura. Hoy, me aferro a otra idea de mí misma. Incluso puedo arañar alguna sensación.
La rareza y el escepticismo se vuelven valores pesados. El lunes les mostraré los dientes. Y Carlitos se muere, de nuevo...
Cuando pare de llover voy a tomar un colectivo que me lleve a otro lugar. Y luego a otro. Nadie me corre ni me espera y por primera vez escribo en primera persona.
Mojé mi vestido nuevo pero , dicen, mañana "vuelve el calor". Dicen y dicen. Por mí, "Corten, sr. director"
Deseo dormir en el lugar màs còmodo del mundo.
Tengo que dejar de ver esa película.
JP
Leer a Bukowski es un gran plan. Sabrán
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