sábado, 8 de enero de 2011

(me) escribo


De pronto, la sensación de entender casi todo lo que el Otro tiene en medio del cuerpo: escalofríos. Fue como ver el barco sobre la arena y registrar que la marea también es eso (eso que se alejó).
"Nos vemos en un rato. Cuidate"
Un llamado, dos, ocho...y de pronto toda esa gente no me da tanto miedo.
Me siento una Okupa de esos ojos que lidian por estar en algún sitio firme. No hay cama doble. Hay pared. Hay un deseo inmenso de salir corriendo...como antes,ahí en la Avenida
No puedo parar de escribir. Repaso una y mil veces los deseos. Hago listas y elijo el shampoo. Da igual. Convivir conmigo nunca estuvo tan mal. "Enamorate de vos" dice la voz de alguien que ya no sé si fue él o ella. Los llamados se suceden: "Prometeme que vas a venir...".
Yo repaso la lista: mis libros apilados en esta misma casa, la de los 30 abriles. Mis esmaltes de color rojo, mis medias rayadas, los discos de Gabo. Vallejo que me mira, Burroughs que deambula, la foto de mi padre en Los Cocos, el diván de hace diez años que se relame, 0,25 para dormir...

Si esa mujer, la de las manos pequeñas, las que pudieron con casi todo cuando todo se derrumbó, las que pudieron conmigo cuando me derrumbé, las que se agitan incansables cuando el ómnibus sale de la estación, las que desatan dientes en cualquier abrazo; son capaces de entender la desdicha y el placer de saberse "libre, nunca solo": no me resisto a la herencia.
Voy a cambiar. Y claro que es por mí. "Sos tan inteligente". Soy tan insensata.

Mi piel -que es muy suave- no ha cambiado. No me he salido de ella y pude volver a Las Heras con Callao. "Este es tu espacio". Sonrisas lábiles y llamados. 0,25 para no llorar: no creo en muchas cosas, igual gracias...
No es nuevo mi desamor por el mundo, ni mi miedo al amor real, ni estos empujones hacia la calle pero parece ser que no hay contradicción ni evasivas a la hora de elegir porqué asunto llorar. Parece ser que diez años después, el cuerpo se resiste a lo mismo, y acá me veo....

Por suerte la calle Cochabamba es silenciosa y este escenario fue especialmente preparado para mí. Por suerte "tenés con qué", dicen. Yo, por mi parte, adoro esta taza china que no quise llevarme y este mapa en la heladera que una vez llenamos de cruces, en un sueño largo de una noche de verano...otro verano.(Está documentado)

Por otro lado, pienso que esa señora que pregunta sobre mi experiencia no ha salido nunca a la calle. Anduvo veredas y se topó con puestos de flores, pero no ha salido verdaderamente. No vio nunca esos rostros , los del frío. Su último vestido me da escosor de sólo ver la etiqueta que despunta detrás de un borde, detrás del blanco de su pelo, sobre esa nuca y esa estampa que nunca ha salido a la calle.
Nunca me importaron esas cosas...las etiquetas, digo.

Es tarde. Pienso honestamente. Nunca me sentí errada frente a algunas "derrotas". Pero hoy es distinto a todo. A todo como nunca, como mi padre mismo no ha insistido en ver. Distinto en el cuello y en las plantas de los pies. Distinto a todo, repito.
Hay golpes fuertes en la vida - pienso- aunque no siempre como en aquellos Heraldos Negros... adorables

Debo decir que he notado que Callao es más ancha después de la plaza. Callao se abrió pero no pude verlo. 0,25 para olvidar. Sólo sé que ha existido y le he escrito antes. 0, 25 : no, gracias. Elijo tomar el tren y volver a esas plazas pensativas, esas de Monte Castro en dónde no había contradicciones ni olvido.

Volver a empezar es una alternativa. Mientras, no puedo terminar de escribir(me) en esta noche, pero esta vez con espacios dobles, comillas y esos puntos suspensivos que siempre permiten correr un poco más allá, como tanto me gusta: "Un poco más allá" igual que en el mar, en la infancia, en unas playas. Yo tuve casa con playa y jardín. Yo gusto de ir un poco más allá..

Hay 0,25 por si el desamor o por si tanto amor asfixia. Gracias, voy a caminar hasta enderezarme.
Podría negarlos y decir que se equivocan pero eso NO sería real en este mundo mío en dónde yo misma me equivoco hasta que quiero hacerlo. Gracias, será la última vez.
"¿Cuando nos vemos?"

Todo parece muy simple, sí, pero una coma mal usada puede llevarte al espanto, un amor perdido puede explicarte al mundo y unos zapatos de mala calidad avisarte que por hoy fue suficiente.
"Llamame cuando llegues"

No sé si escribir está dentro de las nuevas coordenadas, pero matar tampoco.
El borrador está listo (adoro los borradores). El plan es que una mujer aborde, como tal, el rol de lo que nunca ha sido escrito en esa moleskine ajada que salta de bolso en bolso.
Una vez pensé en Silvio Astier. Somos lejanos pero lo vi cruzar de vereda, hacia mí, con "aquella" inmensa canasta (que me ha quedado tan grabada)El me miró a los ojos. No me gustó
Gracias, lo haré por mí.
Lo de la tercera persona es consciente y no es una forma de nombrar (me). Existen algunas pero ya es muy tarde para cualquier cosa que no sea volver a la cama.
"Que descanses"

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