miércoles, 17 de noviembre de 2010
Burroughs aprendió la ecuación de las drogas. Entendió que no eran un estimulante sino una forma de vida. Me impresiona un poco ese postulado y me preocupa un poco más el estado de mis tripas.
Una forma de vida hago de las canciones, de mis lecturas, de la lucha y del amor. Aunque debo confesar que cuando descubrí que así serían las cosas, me asusté bastante. Aún no había leído Yonqui, para ese entonces.
"Todo es mucho" me dijo un referente, y me lo tatué en la frente. Puesto que hacer de todo lo que conmueve una forma de vida, suena sencillamente peligroso.
Quiero que la música sea lo que la droga para Burroughs: un estímulo. Que el amor sea un impulso de vida pero jamás la vida misma. Quiero devorar mis libros pero no que ellos me devoren a mí. Quiero luchar por todo lo que valga la pena pero ya no como forma de vida, sino como una excusa esquiva de la muerte.
Tarde...muy tarde : si la vida tiene forma, se la di yo misma el día que registré mi capacidad de amor , el día que mi novela favorita me hizo rastrearla por quinta vez, el día que nos ocultamos debajo de un auto para evitar los gases que venían de la plaza, el día que ese chico me cerró los ojos con sus dedos, el día que entoné temblando lo que sonaba en mis discos.
Suerte que no consumo drogas
JP
Burroughs no espía, siempre
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario