domingo, 24 de mayo de 2009

Digo cuerpo






DIGO CUERPO
Saben que te alejas, mis ojos. Sos invisible para mis espejos y los tontos ya anuncian tu partida. Los sabios eligen salvar su alma y yo sigo congelada con las manos escondidas en el fondo arrugado de estos días que se estrujan.
Te siente lejos mi sangre. Alguien por descuido dejó abierto y te vieron huir, mis huesos...
Estás corriendo ahora. Lo sienten mis labios. El aire es amargo y en tu estado, caminar es el fin y en tus ojos mi amor es la silueta desdichada de lo que jamás será. Estás llorando mucho, últimamente, lo entienden mis pies que resbalan y se estrellan en cada baldosa, ansiosos por oir el ruido de tus pasos que no vienen. Te abraza entero mi cuerpo, fantanseando por los poros mientras brotan sencillas palabras que se rompen y sangran y son todo lo que hay para nosotros.

JP


Cuando el liberador lenguaje que a todos atraviesa y constituye como sujetos tiende a ocuparlo todo, logra que el cuerpo llore en algún rincón y grite¡presente!, ansioso por ocupar el espacio...
En su ausencia mi cuerpo reacciona. En su ausencia las palabras no dejan de confeccionar diferentes maneras de llamarle. Por su huída hablan mis tripas y mi piel extraña el silbido de sus miedos.
Ya no recuerda mi cuerpo si él estuvo acá conmigo o sólo hubo cuatro letras que supo escribir para mí (p-i-e-l)

- Trasnoche, línea 12 de colectivo, la moleskine que Camilo me obsequió y un único pensamiento todo el recorrido Almagro (facultad)- San Cristóbal (casa)

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