domingo, 24 de mayo de 2009

Mi plaza Tu casa


A dos cuadras de mi casa, sobre Cochabamba, hay una plaza. En la plaza juegan niños, lloran niños y, duermen niños...
En la plaza, durante el día, hay un arenero, un vendedor de garrapiñadas, unos banquitos de piedra bien fijados al piso y un mural con la cara de alguien que se muere por ser un revolucionario pero no deja ver bien si es Martí, el Che o cualquier estudiante de la UBA. También hay unos faroles que de noche, sin pedir permiso, se duermen . Pienso que es una excusa para darle paso a la luna, aún con la autopista de barrera.
De noche el mural es un túnel, el arenero se aburre y hay ronquidos interrumpidos. Se interrumpen por el paso del 95 que llegando a Constitución parece quedarse sin frenos, siempre.
En la plaza hay juegos para niños, escondites para grandes, y un ombú de 2 siglos que ya lo vió todo.
Debajo del árbol hay una familia. Sé que esos trastos que hacen rancho ahí son los de una familia, aunque nunca la vi, todavía…
Después de hoy , incluso, adivino como se compone el grupo familiar que vive en el espacio verde porque pude ver tres guardapolvos húmedos sobre la reja, también húmeda, que cerca la plaza. Guardapolvos, bien dije.
Tres guardapolvos pequeños, blancos, limpios, flamean buscando aire, de cara al asfalto. Tres pequeños uniformes, impunes, adornan una casa sin paredes y teniendo al árbol más viejo del barrio de fondo, dicen de cierta paradoja entre el espacio público y el privado.
Este ejemplo con cara de drama convierte a la plaza, a la escuela , a la familia, en instituciones de papel, en conceptos vacíos, en categorías que aportarán gran dramatismo o al menos una tremenda confusión a quienes descuelguen esas ropitas, mañana por la mañana, y salgan o entren a ver que más hay...

Julia Pirani


Pensar estas cuestiones, rayarlas en mi libreta cara y tipearlas en mi coqueta maquinita, simplificándolo todo, es lo más que pude hacer cuando entré al 2200 de Cochabamba con tres guardapolvos blancos estampados en la cabeza..

1 comentario:

  1. "También hay unos faroles que de noche, sin pedir permiso, se duermen . Pienso que es una excusa para darle paso a la luna"....
    Me encantó el relato, gracias

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