lunes, 20 de diciembre de 2010

AMOR

Dedicado a A.B


Una sola cosa no se negocia en este existir pragmático y ruidoso : el amor.
La trampa diaria frente al chofer de colectivo, al vendedor de frutas, al dueño de la máquina de hacer pájaros, sólo se resuelve cuando miramos unos ojos imposibles de olvidar.
Pasamos la vida viendo que más hay detrás de las montañas que visitamos junto a un grupo de turistas curiosos e inventamos diálogos que terminan ahogados en un vaso de cerveza, y cruzamos charcos de barro, saltando llenos de juventud mientras le ponemos una canción a todo y reímos impunemente. Eso muta de manera inefable cuando nos abrazamos a un cuerpo sin saber donde está la fuerza que nos impide separarnos de él.
Sabemos que el tiempo es un duende lapidario que nunca descansa, pero la idea de eternidad parece posible cuando el amor nos dice que va a estar ahí al lado, hoy y en mil años.
Leemos y escribimos sobre todo lo que pasa alrededor: en la vereda de enfrente, en trincheras lejanas y en pueblos "olvidados". Todo eso se sosega cuando nos enamoramos y todas las palabras, indefectiblemente, van hacia un mismo sitio.
Nos emborrachamos y bailamos con todos y todas. Nos reímos sin parar y miramos la luna llena, adjetivamos sobre ella y teorizamos sobre lo que esperamos ser en un futuro cercano. Nada de éso ocupa el mismo plano cuando tenemos un nombre en nuestra piel, como tatuado, haciendo impermeable al resto de los nombres... y de los hombres.
Invocamos conceptos como soledad y libertad cuando la razón y la injusticia nos interpelan y cuando las instituciones operan sobre ellos, maliciosamente . Pero cuando nos enamoramos, la palabra redundante tiene sólo cuatro letras, el discurso amoroso atraviesa hasta las rocas y todo lo que yo pueda escribir aquí, un sólo destino.
JP

Fridda : pocas amaron como ella

Lisandro Aristimuño:
http://www.youtube.com/watch?v=9cGT5OQ6Pfk

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