
"La naturalidad es una pose muy difícil de mantener" Así empezó nuestra charla. Claramente no era Wilde. Claramente ese tipo no se hubiera sentado en esta mesa con mantel de hule a conversar conmigo. Y no por el hule. Claramente, tambièn.
Hoy no tengo cosas interesantes para decir (me justifiqué). Aunque me pregunto, satisfecha, algunas del tipo :¿por qué no conozco el aburrimiento?. Me satisface esa idea de encontrar, siempre, algo mejor que hacer que aburrirme puramente. Lo que sí lamento es el hartazgo -dije enfáticamente- Mi amigo continúa citando gente (algo en él se agotó también, atravesando este segmento de la tarde)
(Sigo) Pero por suerte nunca me aburro... Ahora quisiera llorar un poco, eso sì, y no es un plan. Estoy harta de esta sensación en la planta de los pies.
El se retuerce en la silla como buscando respuestas:
"Tengo dos cosas para decirte". Suena el telèfono. El monitoreo no ha acabado. La tarde tampoco y todavìa falta algo...
Me duele, yo lo sè, pero vuelvo a hablar de la naturalidad como si viniese dentro de un blister. Algo no està bien.
Que la noche sea justa con nosotros: los amigos, los amantes, los que elegimos respuestas y volvemos al jardìn - el de la canciòn- siempre.
JP
UN DIALOGO:
F: La primera cosa me la arrojó mi profe de boxeo, ayer: "la única manera de ganarle a la vida, pibe, es por puntos". Groso.
Yo: Y la otra?
F: "El aburrimiento es el pájaro encantado que incuba el huevo de la experiencia"
Yo: Caminamos un rato?
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